lunes, 23 de mayo de 2011

Castillos de cartón




«Estábamos en 1984 y teníamos veinte años, Madrid tenía veinte años, España tenía veinte años y todo estaba en su sitio, un pasado oscuro, un presente luminoso, y la flecha que señalaba en la dirección correcta hacia lo que entonces creíamos que sería el futuro. Aquél fue nuestro riesgo, y nuestro privilegio.»

La nueva novela que cayó en mis manos recientemente fue recomendada por una buena amiga y fue otra novela que disfruté muchísimo;
"Castillos de cartón" de Almudena Grandes. En esta novela se nos presenta a los lectores un Madrid de los años ochenta, de los excesos propios de la juventud y esa sensación de ser eternos e invencibles cuando tenemos apenas veinte años, pero también sin darnos cuenta de la pérdida de la inocencia.

María José Sánchez trabaja de tasadora de arte en una casa madrileña de subastas. Un día recibe la llamada de un antiguo compañero llamado Jaime González, quien le anuncia  que un amigo en común de ellos, Marcos Molina Schulz, se ha suicidado. La noticia no sólo trágica como tal sino que lleva a la narradora a su época de estudiante de Bellas Artes, cuando todavía soñaba con ser pintora, y le hace revivir la peculiar y fuerte historia de amor que vivieron los tres cuando ella apenas tenía veinte años. María José reconstruye los detalles de aquella pasión triangular, imposible y sobre todo excesiva, la alegría desbordante con que exploraron el sexo, la intimidad sin tapujos, la entrega y el amor compartido también por el arte. Momentos donde el número tres es una realidad como nos cuenta José la narradora y personaje; momentos con una cama inmensa, un balcón con sol y olores de cuerpos sudados y agua ras. Momentos de una felicidad intensa, verdadera, que lamentablemente desencadenó en los celos de los amantes y la injusta realidad donde el número tres no es un número que se entienda o acepte, al menos socialmente. Una hermosa novela que los atrapará desde las primeras hojas y nos llevará a preguntarnos si es posible amar a más de una persona en un mismo momento, pero con una pequeña aclaración y quizá diminuto reproche a su autora: un final demasiado abierto para mi gusto, un final tan parecido a la realidad, a la vida misma.




Almudena Grandes Hernández. Madrid, 7 de mayo de 1996, escritora española.